Ven, revélate, entérate, de que te quiero comer, te quiero ofrecer un pedazo de mi vida en forma de sexo bestial.
Ven desnúdate, sabes que hacer cuando hablamos de placer, voy
a comparecer ante el balcón de tus oídos y a tu parecer los dejaré
pitando hasta el amanecer.
Pero , no te olvides, de quererme para siempre, ese es nuestro trato.
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