domingo, 1 de mayo de 2011

Amiga mía, gracias por todo.

Es un día normal y corriente, o al menos ellas piensan que así es. El mismo lugar de siempre, con la misma gente de siempre, y el mismo aburrimiento de siempre, a veces desearían escapar de allí. Ambas están sentadas en una roca mientras miran el mar sin decir nada, sobran las palabras, son como una misma persona.
-Oye, ¿Qué haré el día que me faltes?
La pregunta le ha pillado por sorpresa y tarda unos segundos en contestar.-¿Porqué piensas eso ahora?
-Sólo responde.
-No puedo decirte, porque por desgracia no sé que pasará.
Piensa unos momentos antes de hablar. -Te irás de mi lado, ¿Verdad?
-No tiene porque ser así...
-¿Y si lo es?
Se levanta del sitio en el que está sentada y se tira al lado de su amiga, coge su mano entre las suyas y la mira fijamente a la cara. - Escúchame atentamente.
Asiente con la cabeza.
-Dos almas gemelas, nunca pueden separarse, puede ser que sus cuerpos ya no estén juntos, pero sus corazones siempre permanecerán unidos.
-¿Crees que somos almas gemelas?
-Creo que somos más que eso.

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