domingo, 1 de mayo de 2011

Decía Willian Shakespeare...

Aquí pondré mi descanso eterno y sacudiré el yugo de las estrellas enemigas, quitándolo de esta carne harta del mundo. Ojos mirad por última vez, brazos, dad vuestro último abrazo. Y labios, puertas del aliento, sellad con legítimo beso una concesión sin término a la muerte rapaz.

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